El 31 de julio de 2007, el sol brillaba intensamente. Algunos dirían más tarde que era el día más soleado del verano. Como muchos otros niños ese día, Cédrika estaba en el parque del vecindario. Todavía era de día cuando un extraño se le acercó, diciendo que una mujer había perdido a su perrito.
Generosa por naturaleza y siempre lista para ayudar, Cédrika comenzó a buscar al perrito. Tomó su nueva bicicleta para buscar en el área, tocando puertas y pidiendo información a todos.
Algún tiempo después, la vieron salir de un área de madera con un joven amigo, seguido de cerca por el desconocido. Más tarde fue vista montada en su bicicleta en las calles Chapais y Des Chenaux. Alrededor de las 8:30 de la noche, su bicicleta fue encontrada apoyada contra una boca de incendios.
CÉDRIKA NUNCA SE VISTA DE NUEVO.
Eso fue hace ocho años y medio. Su familia y parientes, un puñado de amigos de la familia y varias fuerzas policiales nunca dejaron de buscarla. Ante la más mínima pista plausible, se reanudarían los esfuerzos de búsqueda individual o grupal.
Lejos de admitir la derrota, la familia de Cédrika lanzó la Fundación Cédrika Provencher. La familia quiere evitar que vuelvan a ocurrir eventos similares y asegurarse de que la desaparición de Cédrika no se convierta en una noticia variada con el tiempo.